El objetivo de la
Formación Profesional continua es el de "mantener el empleo y la
empleabilidad de la población ocupada, así como su promoción mediante
la mejora, recualificación o puesta al día de sus competencias
profesionales, de lo cual se debe derivar la mejor competitividad de las
empresas", y siendo sus funciones las de:
- Adaptación permanente de la evolución de las profesiones y del contenido de los puestos de trabajo y, por tanto, de mejora de las competencias y cualificaciones.
- Promoción social que permita a muchos trabajadores evitar el estancamiento en su cualificación profesional y mejorar su situación laboral.
- Preventiva para anticipar las posibles consecuencias negativas de la realización del mercado interior.
La Formación Continua
es un derecho permanente de los trabajadores que constituye un elemento
para favorecer la igualdad de oportunidades y la promoción personal y
profesional ante la continua evolución de los nuevos sistemas de
producción.
Existen estudios de la
Unión Europea que demuestran que la cualificación profesional mediante
la formación permanente es motivo de creación de empleo, del
mantenimiento de los existentes y expansión empresarial mediante la
atracción de inversiones de capital.
La Formación Continua
es, por lo tanto, una actividad en la que se deben involucrar todos los
estamentos de la empresa y, pese a que la visión tradicional es la de
que existen intereses opuestos, se debe tratar de facilitar la
participación de un número muy amplio de agentes en su organización y
gestión.